1. ¿Por qué ha sido necesario introducir las nuevas tecnologías en tu ámbito, el de la Geografía y la Historia?
Más que verlo necesario en la materia, lo vi necesario en general en el aula. Yo ya utilizaba la tecnología en mi día a día desde pequeña, de modo que cuando me incorporé a dar clase como profesora, comencé a utilizarla. Consideré que era algo que había que hacer para trabajar la competencia digital del alumnado. De hecho, allí me di cuenta que no sabían buscar en Google o adjuntar un archivo en el correo electrónico. Por eso creo que es imprescindible, ya no solo en mi materia. Incorporar la tecnología en el aula debe ser común a todas las materias y no solo en Informática.
2. ¿Por qué os ha resultado útil a docentes y alumnos?
La tecnología ha venido para quedarse y del mismo modo que está presente en nuestro día a día, también debe estarlo entre nuestro alumnado, que se supone que es un nativo digital. Sin embargo, a estos alumnos hay que hacerlos competentes digitalmente: preocupa que un alumno no sepa hacer búsquedas en Google porque solo utiliza la tecnología para jugar a un videojuego o publicar en redes sociales. El buen uso es muy importante para evitar problemas como el ciberacoso, de modo que hay que educar en este sentido y propagar los beneficios de la tecnología y no usarla para perjudicar a otras personas.
3. ¿Cómo nació la idea de Lecciones de Historia, la web? ¿Qué encuentran tus alumnos y los profes aquí?
Lecciones de Historia nació en 2010, nada más aprobé las oposiciones. Al comenzar a dar clase me di cuenta de que faltaba un lugar donde alojar el material que usaba en las clases. Me puse en la piel de otros profesores que también estaban comenzando como yo y seguramente necesitarían esos materiales que ya estaban creados y que no me importaba compartir. De hecho, no tenía mucho sentido que esos contenidos estuvieran encerrados bajo contraseña. Me animé a compartir el material bajo la licencia Creative Commons para que otros profesores pudieran utilizarlo en sus clases.
4. ¿Sientes la brecha generacional en el mundo de la docencia?
Es cierto que mucha gente dice que la tecnología va un poco con la edad, pero yo puedo decir que he estado dando formaciones con personas mayores, pero muy competentes digitalmente. Del mismo modo que me he encontrado personas más jóvenes que yo que no tienen competencias digitales. La tecnología es una cuestión de actitud: de querer aprender. Hay que decir adiós a las inseguridades y los miedos, porque estos nos cierran las puertas del aprendizaje.
5. ¿Crees que los de mayor edad pueden sentirse desactualizados constantemente?
No, en absoluto. No estoy de acuerdo con que la edad tenga algo que ver con el buen uso y las competencias digitales. Conozco a profesorado más mayor que yo que participa en programas y proyectos TI y de innovación educativa. La tecnología no es cuestión de edad, sino de actitud y destreza.
6. ¿Es esta una razón por la que puedan sentirse lejos de sus alumnos?
Hay que tener en cuenta que no todo el alumnado es competente digitalmente. Que sepas usar la tecnología no hace que estés más cerca del alumnado. Puede que te ayude, porque en mi caso ha sido así en algunos aspectos, pero también hay que tener destreza como docente: conocer y aplicar metodologías activas, tener una buena actitud y trabajar día a día con el alumnado. Ese conglomerado es el que hace que un docente esté cerca de sus alumnos.
7. Seguramente hay espacio para conjugar la tradición con la innovación. ¿Se puede?
¡Por supuesto! De hecho, este es el modelo que yo defiendo. Mi alumnado hace exámenes, escribe en libreta… del mismo modo que hace un stop-motion o un vídeo con croma. Ahí es donde está la riqueza, en conjugar la tradición con la innovación. No se puede descartar escribir o memorizar y nada de eso es incompatible, en absoluto.
8. ¿Ha servido la pandemia para avanzar en digitalización o todavía queda un largo camino por recorrer?
Sí. Hay un estudio que dice que en los meses de confinamiento el sector educativo avanzó cuatro años. Ahora bien, también se han puesto en evidencia algunos problemas, como la brecha digital. Queda mucho por hacer. Aun así, yo les digo chapeau a los docentes, porque han llegado a un nivel en el uso de la tecnología que ni tan siquiera habían sospechado alcanzar.
No obstante, insisto: usar la tecnología no es subrayar un PDF o colgar un adjunto en Classroom. Eso no es innovar, sino hacer lo mismo que hacíamos antes con un elemento tecnológico. Ahora hay que avanzar en pedagogía y didáctica para aprender a usar y aprovechar todas las ventajas que nos puede ofrecer la tecnología.
9. ¿Cómo nos subimos al tren de las nuevas tecnologías – docentes, familias y alumnos – sin quedarnos todo el día enganchados a las pantallas?
La tecnología no es estar empantallados, yo siempre insisto en esto. Yo me he criado con la tecnología y sé hasta dónde tengo o no tengo que llegar. Por eso insisto en la necesidad de hacer un buen uso de ella. He crecido con ordenadores y he tenido móviles desde que aparecieron y no por ello he estado abducida por ello. La tecnología para mí es todo lo contrario, porque he aprendido a usarla y eso es precisamente lo que debemos enseñar a nuestro alumnado.
10. ¿Cuál es el próximo reto que tienes por delante?
Ahora mismo quiero seguir encauzando el proyecto Merezcounacalle, que nació el año 2017. Con el alumnado empezamos a contar las calles con nombres de hombre y de mujer y nos dimos cuenta de que había una desigualdad brutal. Este proyecto ha sido replicado en más de 200 centros educativos y va abriéndose fronteras, no solamente en España, sino en muchos otros países como Inglaterra, República Checa, Francia, Costa Rica…
Seguiremos trabajando por la igualdad entre hombres y mujeres y para conseguir que la tecnología también nos ayude a transformar nuestras ciudades.