El aula es el espacio donde los docentes despliegan todas sus habilidades y recursos personales y didácticos. Se trata de una tarea inherente a la profesión, que permite transferir a los alumnos todos aquellos conocimientos y contenidos que requieren la programación curricular. Pero más allá de estos hechos, los tutores establecen con el alumno una relación humana, la cual es bien diferente de cualquier otra relación entre personas.
A diferencia de la mayoría de relaciones interpersonales, la que se establece entre tutor y alumno tiene poco que ver con la afinidad de caracteres o con la simpatía que ambos individuos se pueden profesar. De hecho, la asignación de un tutor en el aula a principio de curso es, de alguna manera, una imposición. A este primer obstáculo es necesario sumarle el hecho que la relación tenga lugar entre dos personas de edades diferentes y con un grado de madurez bien distante. El éxito de esta unión, tanto para el alumnos como para el docente, dependerá en gran parte de las habilidades de este segundo y de la respuesta que pueda ofrecer a sus alumnos cuando surja algún tipo de problema en el camino del aprendizaje.
¿Cuál es la tarea del tutor?
El tutor puede llevar a cabo su tarea en las horas de tutoría en grupo, pero también en sesiones individualizadas donde tendrá la oportunidad de escuchar y dar respuesta a las dudas e inquietudes del alumno de una manera individual. Entonces, este docente debería ser capaz de:
- Entender al alumno en su totalidad como persona autónoma, con pensamientos y personalidad propia y aconsejarlo teniendo en cuenta su criterio y su realidad individual, ya sea en el ámbito educativo o en el contexto familiar.
- Tener una actitud de escucha activa que permite a los alumnos manifestar sus inquietudes, intereses y temores de una manera libre y sin ser juzgados.
- Ser realista y sincero, aunque la situación del alumno sea compleja, con tal de trabajar su capacidad de superación de una manera valiente y consecuente.
La entrega del tutor al alumno
La relación tutor-alumno y alumno-tutor sigue esquemas de amistad diferentes. Por un lado, el docente buscará en el alumno su individualización para llegar al fondo de la cuestión y poder aplicar en él los esfuerzos y dinámicas que considere necesarias. Para contrastar, el alumno solo pretenderá mantener con el docente una relación a escala profesional, sin dar nada a cambio. Este es su rol.
De esta manera, el docente deberá de poner a disposición del alumno todas estas herramientas y habilidades que le ayuden a superar los obstáculos y conseguir sus objetivos. Es al tutor a quien le corresponde marcar la dinámica de la relación y establecer las pautas que se garantizan la fluidez y la consecución de las metas que serán necesarias alcanzar. Por todo esto, al principio de la relación el docente deberá comunicar las normas que considere oportunas, así como las consecuencias que correspondan para la corrección de cualquier actitud indisciplinaria, propiciando siempre un clima agradable dentro y fuera del aula.
¿Estáis de acuerdo con que el alumno no da nada a cambio en la relación tutor-alumno?
Puedes saber más sobre la tutoría en el curso La tutoría en la etapa de educación primaria. Más información en www.educaciondocente.es.