¿Sabías que, contra más formación tiene una persona, más posibilidades tiene de conseguir mejores condiciones de vida? Definitivamente, educar transforma vidas… ¡y sociedades! Esto es todo lo que nos ofrece la educación:
Mejora nuestro nivel de vida
Theodore Shultz, economista norteamericano (1902-1998), fue uno de los primeros en reconocer que el gasto en educación no era un gasto como tal, sino una inversión. Premio Nobel de Economía (1979), este teórico demostró con sus estudios que invertir en educación tiene una rentabilidad directa en las personas. Además de mejorar su nivel de renta, están en disposición de conseguir más bienestar.
Y nuestra sociedad…
La educación no solo nos ofrece la posibilidad de mejorar nuestro nivel de vida. También nos ayuda a transformar la sociedad. La educación en una edad temprana y el fomento de escolaridad, mejora las aptitudes de los niños y niñas, reducen la delincuencia y generan bienestar social. De hecho, las personas que tienen más estudios pagan más impuestos, los cuales acaban repercutiendo en toda la sociedad.
También nos alarga la vida
Según Adriana Lleras-Muney, profesora de Economía en la Universidad de California (Los Ángeles), las personas que tienen un nivel educativo más elevado se comportan de una manera diferente. Fuman menos, beben alcohol moderadamente, hacen más ejercicio, tienen un peso normal y van más a menudo al médico. Esto quiere decir que son más saludables y tienen más probabilidades de vivir más tiempo.
Nos hace ser más respetuosos con el medio ambiente
Las personas que tienen niveles de educación más elevados, suele preocuparse más por el medio ambiente y acostumbran a emprender iniciativas sostenibles. Según la Unesco, el 46% de las personas con estudios superiores se muestran preocupadas por el medio ambiente, frente al 37% de las que habían cursado bachillerato y un 25% de los que tienen estudios inferiores a la secundaria.
… ¡Y nos hace felices!
Para San Agustín (354-430), la auténtica felicidad y el objetivo último del comportamiento humano era el conocimiento. Desde su punto de vista, la educación era el camino que debía conducir al pueblo a la felicidad.
¿Y tú, también has notado la poderosa energía transformadora de educar?