La Educación Visual y Plástica no debería ser una materia aislada en nuestras aulas. Cuando hablamos de Educación Visual y Plástica hablamos de arte. Y si ponemos el arte en el centro de todo, nos encontramos sobre la mesa con numerosas conexiones con otras áreas de conocimiento.
Trabajar mirando hacia distintos horizontes en los contenidos de la Educación Visual y Plástica es un oportunidad para ofrecer a los alumnos una visión transversal de distintas materias y conceptos. Así, los docentes debemos saber que no solo educamos en el arte, sino que acompañamos a los niños y niñas en muchos otros aprendizajes, como la música, el cómic, la historia, las matemáticas, la lengua…
Y no solo eso. Un aprendizaje transversal a través de la Educación Visual y Plástica también implica la expresión oral, el intercambio de emociones y su representación a través de las creaciones. Hoy queremos hablarte de las diferentes conexiones posibles entre la Educación Visual y Plástica con otras áreas de conocimiento. ¡Vamos allá!
El cómic: lengua y expresión
El noveno arte, el cómic, siempre ha estado accesible. ¿Cuántos niños han disfrutado, desde hace décadas, de los populares tebeos? Hoy el mundo del cómic se nutre, además, de un amplio abanico de propuestas, ricas y variadas, que pueden convertirse en un recurso magnífico para los docentes. En el Área de Educación Visual y Plástica, pero también en materias como Lengua, Literatura o bien Historia. Propuestas como las de la colección Mamut de Bang Ediciones nos pueden resultar útiles para acercar el cómic a los más pequeños (a partir de 3 años) en sus primeras lecturas, a través de un lenguaje tan placentero y visual como es este. Aquí encontramos grandes propuestas de éxito, como la serie Superpatata de Artur Laperla, Marcopola de Jacobo o Astro-Ratón y bombillita de Fermín Solís.
Títulos tan fundamentales como los de Astérix y Obélix de Goscinny y Uderzo o la ingeniosa y divertida colección de Ana y Froga d’Anouk Ricard pueden resultarnos de gran ayuda para presentar el formato. Ya en secundaria, hay obras que pueden ayudarnos – y mucho – introducir una gran variedad de temas: Arrugas de Paco Roca (la vejez, el Alzheimer), Adolf d’Osamu Tezuka (la Segunda Guerra Mundial), Mary Shelley: la muerte del monstruo de Julio César Iglesias y Raquel Lagartos (una biografía para explorar el universo de la creadora de Frankenstein) o bien Antonio Machado. Los días azules de Josep Salvia y Cecília Hill (un recorrido por los últimos años de vida del poeta Antonio Machado).
Al proceso de lectura hay que añadir otra fase, que probablemente fascinará a los niños y a los jóvenes. Es el de creación. Un taller de cómic es una propuesta perfecta para trabajar en diferentes direcciones de la expresión visual y plástica, el lenguaje y la narrativa.
Matemáticas: observación, análisis y vivencia
En su visión sobre docencia y aprendizaje, Smole (2000) recuerda a los docentes que el aprendizaje matemático, ya desde la educación infantil, no puede realizarse a través de actividades ocasionales y fortuitas. Desde las primeras edades, hay que ofrecer a los niños situaciones culturales y de interacción con el resto.
Tenemos en nuestras manos la capacidad de crear situaciones didácticas en las que puedan fusionarse los contenidos del aprendizaje matemático y del área de Educación Visual y Plástica. Una de muy interesante puede ser la de la observación, el análisis y la interpretación de obras de arte (pintura, escultura y arquitectura), centrada en la descripción objetiva de los elementos del alfabeto visual que se pueden reconocer en la obra: líneas, puntos, manchas, figuras, volúmenes, superficies, texturas, colores…
La siguiente fase, que es la de la interpretación, debe ofrecer los alumnos la evocación creativa, centrada en la obra contemplada. ¿Qué crees que es? ¿Qué te recuerda? ¿Qué título le pondrías? Las dos fases ofrecen al niño la capacidad de ser analíticos y, a la vez, de poner en funcionamiento la extraordinaria maquinaria creativa.
Música: colores, sonidos y emociones
Como máximo, dedicamos a la materia de música un hora a la semana. Al igual que la Educación Visual y Plástica, esta suele ser otra de las materias relegadas a la anécdota o el pasatiempo. A pesar de eso, desde el punto de vista científico, hay estudios que demuestran cómo es de importante la música, las artes visuales y el movimiento en el desarrollo del cerebro y de la función cognitiva. De hecho, no hay cultura, ni pasada ni presente, que no haya desarrollado de algún modo las artes.
La música nos produce bienestar, porque es capaz de estimular nuestro sistema de recompensas cerebrales. La música nos hace liberar dopamina y esto nos hace sentir bien. Y si pudiéramos practicarla, todavía más.
Pero, ¿qué relación existe entre la música y el arte? Wagner o Chopin relacionaban la música con el color y la pintura. Kandinsky supo dar matices psicológicos al color y el compositor y pianista Scriabin asoció colores a doce tonalidades de la música.
Las teorías asociativas entre música y color son complejas y profundas. Por este motivo, os recomendamos la lectura del trabajo de Rocío Barrio Paz donde, además, se nos ofrecen distintas propuestas de intervención con los alumnos en el aula.
Una de las más interesantes consiste en realizar una audición en el aula de dos fragmentos musicales del Concierto para flauta nº1 y del Requiem de Mozart, sin haber explicado antes a los alumnos las teorías sobre el color. La experiencia es un ejemplo de cómo dejar confluir dos materias, ofrecer a los niños espacio para la expresión de las emociones y la creación y obtener resultados sobre una actividad, interesantísimos en el ámbito pedagógico y en nuestra propia área de intervención.