Mi padre siempre me despierta con un beso…
y todavía con los ojos medio abiertos, le regalo otro.
Me escucha cuando le explico mi última gesta…
de barcos, piratas y tesoros imaginarios.
Y aunque no tengamos tiempo…
siempre me regala cinco minutos para columpiarnos un poco más,
observar juntos un caminito de hormigas,
o recoger cuatro florecillas naranjas que he encontrado en el parque.
Cuando hago los deberes y no lo consigo
está a mi lado para ayudarme a pensar que lo podré hacer.
Y cocinar una pizza buenísima los viernes…
Aunque estemos todos cansadísimos y tengamos sueño.
Explicarme cuentos cada día, antes de ir a dormir…
y uno y dos más, ¡ojalá no se acabasen nunca!
Y poner fin al día con un abrazo infinito…
que me diga buenas noches, te quiero y hasta mañana otra vez.