La dislexia es un trastorno de aprendizaje que afecta principalmente las habilidades implicadas en la lectura y la escritura.
Los niños y niñas que presentan este trastorno lo seguirán teniendo cuando sean mayores, no desaparece, pero sabemos que con una intervención precoz y de calidad disminuirá su gravedad. Es por eso que desde el ámbito familiar como escolar podemos intervenir de muchas maneras para trabajar en este sentido.
A continuación, os presento algunas actividades sencillas que podéis llevar a cabo en cualquiera de estos dos ámbitos, además de aprender, seguro que os harán pasar un buen rato.
1. ¿Cuántas sílabas ves?
Decimos un nombre de sílabas, por ejemplo, dos. A continuación, cada uno/a tiene que decir una palabra de dos sílabas de algún elemento que esté viendo y seguimos el mismo orden hasta que no veamos más. Si tenemos la posibilidad, nos podemos ir desplazando para aumentar el campo de visión o la perspectiva y así encontrar más palabras.
Podemos jugar de manera competitiva o cooperativa. En el primer caso, irían quedando eliminados los jugadores a medida que se quedan sin palabras, en el segundo caso, intentaríamos entre todos y todas hacer la lista lo más larga posible. Podemos jugar varios días e intentar aumentar nuestro récord.
Observaciones: un buen lugar es cuando vamos en coche. En cambio, si jugamos en una habitación donde no hay muchas posibilidades de encontrar palabras podemos jugar con láminas visuales.
2. Cadenas de palabras
Jugamos a encadenar palabras. Seguimos un orden donde cada uno tiene que encontrar una palabra que empiece con la última sílaba del que ha dicho el anterior. Por ejemplo: si-lla, lla–ve, ve-ra-no, no-ti-cia…
El juego termina cuando ninguno de los jugadores es capaz de continuar con una palabra.
Podemos jugar de manera oral o podemos ofrecer imágenes de las palabras y que los niños y niñas las tengan que enlazar de manera ordenada.
3. Palabras alocadas
Le pedimos al niño/a que sustituya una sílaba de una palabra por otra sílaba. Por ejemplo, sustituye la cuarta sílaba de biblioteca por “ma”: bibliotema. A continuación, podemos jugar a inventar el significado de la nueva palabra. Por ejemplo: es una biblioteca que solo tiene libros de un tema.
También podemos jugar con las letras y los fonemas siguiendo el mismo sistema. Por ejemplo, cambiar la tercera letra por la “p”: biplioteca. O también a omitir, por ejemplo, omite la tercera letra: biblioteca.
Es un juego muy divertido donde además de trabajar la conciencia fonológica fomentamos la imaginación.
4. Llenar vacíos escuchando
Decimos palabras a los niños y niñas sustituyendo una de las sílabas por el sonido “m”. Escuchando, deberán decir qué sílaba faltaría en el lugar del sonido de la letra eme. Por ejemplo: fe-li-…-dad. Falta la sílaba “ci”.
5. Frases alocadas
Se parece un poco a la actividad de palabras alocadas, pero en este caso trabajamos con palabras enteras y palabras. Se trata de jugar con los elementos de la frase. Podemos hacer varias actividades.
- Omitir una de las palabras de la frase. Por ejemplo: elimina la tercera palabra de la frase: “Hoy he ido al parque”. En esta oración quedaría: “Hoy he al parque”.
- Sustituir la palabra por otra. Por ejemplo, sustituimos “ido” por “luna”. La frase queda: “Hoy he luna al parque”.
- También les podemos pedir que alarguen las oraciones, pero no hace falta siempre alargarlas por detrás.
Observaciones: antes de empezar a jugar a este juego deberemos practicar contando las palabras de las oraciones, los niños y niñas escuchan una oración y nos tienen que saber decir cuántas palabras tiene. Si observamos que el niño o niña tiene dificultades en este primer nivel, una estrategia es decir la frase y avanzar un paso en cada palabra. Una vez conseguido este nivel podemos jugar al juego propuesto que sería el segundo nivel.
Autora: Educarme