No ha sido un curso fácil, en absoluto. La pandemia por la COVID-19 nos ha puesto (y nos sigue poniendo) a todos a prueba. El curso terminó de manera repentina el 13 de marzo para la mayoría y ahora, cuatro meses después, tenemos muy pocas certezas encima de la mesa. De hecho, todavía no sabemos (ni podemos imaginar) cómo empezará el curso escolar 2020/21.
Las órdenes no están muy claras y la presión que los docentes han recibido ha sido mayúscula. Por un lado, un montón de directrices poco firmes desde arriba. Por el otro, la intensidad de un curso para nada normal, en el que los niños/as y las familias han sufrido mucho.
Y a todo esto hay que sumar, claro, la situación personal de cada uno. Si para la mayoría no ha sido fácil, ¿qué decir de las personas que han sufrido la COVID-19 en su propia piel o en la de sus familiares?
Pero el verano ha llegado puntual. Y el verano es para descansar, disfrutar en familia y quizá ir a algún sitio de vacaciones. Aunque este año todo será un poco distinto. Sea como sea, no debemos perder las ilusiones ni el horizonte y hacer que la calma sea la protagonista de estas semanas que tenemos por delante, sabiendo que tenemos derecho a disfrutar del verano.
Por todo esto, docentes, os proponemos unas cuantas actividades que no os podéis perder. Porque, ahora más que nunca, os lo merecéis.
1. Reencuéntrate con los pequeños placeres. Este año promete ser muy distinto. Muchas personas saldrán de casa y verán cumplido el sueño de ir a un lugar que les gusta, pero muchas otras ya han decidido dejar para más adelante las vacaciones fuera de casa. Aprovecha para revivir los pequeños placeres del verano, aunque sea desde tu hogar. Sal al balcón o a la terraza a comer un helado, observa las estrellas, visita el mercado de tu pueblo, contempla el amanecer (y el atardecer), regálate el capricho de no hacer nada…
2. (Re)descubre el país. Quizá no podamos hacer un gran viaje, pero míralo por el lado bueno. Por fin tienes la oportunidad de conocer de cerca tu país. Aprovecha ahora para organizar esa excursión que siempre has querido hacer y para la que nunca has tenido tiempo, aunque sea al lado de casa. Te darás cuenta de que vives rodeado de un montón de lugares bellos.
3. Inventa una fiesta. Ahora no podemos celebrar grandes fiestas, pero sí que podemos celebrar grandes cosas. Como que estamos juntos, que el huerto nos está dando unos tomates riquísimos o que nos gusta el verano más que ninguna otra época del año. Cualquier motivo puede ser bueno para celebrar, aunque sea en casa.
4. Mira y remira la naturaleza. Esta primavera no la hemos vivido. Salir ahora y contemplar los paisajes de verano y la naturaleza, a menudo tan salvaje y rebelde, es una experiencia que merece la pena vivir. Observa y siente los poderosos efectos de su bálsamo en calma y en todas las tonalidades de amarillo.
5. Lee (mucho). Es una recomendación que no puede faltar en una lista de recomendaciones para disfrutar del verano. Pero este año, más que nunca, el verano es el mejor momento para viajar sin salir de la hamaca. Elige tus temas y autores favoritos: vivirás mil historias que te compensarán.
6. Fórmate a distancia. ¿Tú tampoco puedes parar? Si es así, descansa un poco… ¡pero también fórmate! Estas semanas son perfectas para participar en cursos de verano a distancia. Nosotros te esperamos en Educación Docente a partir del 2 de septiembre.
7. Organiza una noche astronómica. Como cada año, coincidiendo con San Lorenzo, allá por el 10 de agosto, se espera una magnífica lluvia de Perseidas. Regálate el placer de contemplar las estrellas mirando al cielo. Casi todas las noches de verano son perfectas para soñar bajo la luna.
8. Cocina de verano. Si para ti cocinar es un momento de magia y tranquilidad, aprovéchalo. Seguro que durante el confinamiento también te has hecho un gran chef. ¿Qué tal si sigues probando ahora con las recetas de verano?
9. Relájate. A veces apetece, sencillamente, no hacer nada. ¿Recuerdas cuál fue la última vez que te sentaste en el sofá para descansar? Cierra los ojos. Si eres activo e imparable seguro que te cuesta un poco. Pero verás que el sencillo gesto de no exigirte nada te da la paz que tanto añoras. ¿O también se te había olvidado?
10. Exprésate. No son pocas las personas que durante todo este tiempo han querido hacerse fuertes. También los docentes. Aprovecha estos días de verano para abrir tu alma a nuevos campos de expresión. Pinta, dibuja, canta, baila y expresa todo lo que te habías guardado dentro.
Calma, disfruta y ¡feliz verano!