El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es un trastorno de carácter neurobiológico en el cual se manifiesta déficit de atención, hiperactividad e impulsividad. Este se origina en la infancia, de manera que es en el aula y con los docentes cuando esta diversidad se manifiesta con más intensidad. Los alumnos suelen tener un rendimiento escolar inferior al esperado y pueden tener dificultades de aprendizaje en áreas instrumentales como son las del lenguaje y las matemáticas. A la vez, es posible que también se vea afectado el desarrollo de sus habilidades sociales y emocionales y con todo esto, la relación con los otros alumnos.
Pero, ¿qué tenemos que hacer en el aula cuando hay niños/as con TDAH? A parte de las actuaciones específicas, nosotros os proponemos tres pautas básicas para mejorar la dinámica general del aula.
- Aseguraros de crear un ambiente estructurado. Los alumnos con TDAH (y los alumnos, en general) trabajan mejor cuando el ambiente es estructurado. Esto implica, por ejemplo, preparar a los alumnos explicando el orden con el cual se desarrollan las actividades a lo largo del día, simplificar las instrucciones, avisar sobre cualquier novedad que surja y tener siempre a mano el calendario. Reservad espacios para recordar a los alumnos los objetivos importantes y ofrecerles una lista de errores frecuentes que les haga adquirir consciencia de las equivocaciones que suelen cometer para que no se produzcan de nuevo.
- Haced que el ambiente sea previsible. La mayoría de niños/as son capaces de adaptarse a los cambios, pero para los niños/as con TDAH es importante que el ambiente también sea previsible. Es recomendable crear estructuras fijas, ofrecer expectativas y metas de aprendizaje, destacar puntos clave, indicar cuáles son los materiales necesarios y sobretodo, dejar claras las expectativas sobre el aprendizaje y el comportamiento.
- Cultiva un ambiente adecuado para el aprendizaje. Será beneficioso, por último, que el niño/a con TDAH se siente en primera fila para evitar distracciones. Además, será necesario dedicar cinco minutos de la jornada a poner en orden las mesas y mochilas, para que los alumnos tengan siempre a mano el material necesario y hacer más ágil el cambio entre las áreas. Comprobad periódicamente cuál es el ritmo del aprendizaje y controlad la agenda.