Seguro que has escuchado hablar escuchado mucho. El aprendizaje por proyectos (ABP o PBL, Project-based learning) ya se ha convertido en una herramienta clave en muchos centros, tanto de primaria como de secundaria. Pero, ¿en qué consiste exactamente? Y lo que es más importante, ¿qué beneficios nos puede ofrecer?
Los tiempos han cambiado. Las clases magistrales han sido útiles durante mucho tiempo. Pero las nuevas tecnologías, la necesidad de trabajar en red y en equipo y, en definitiva, la voluntad de buscar nuevas metodologías más provechosas nos han dado impulso para llegar hasta aquí.
Aunque parezca una metodología innovadora, para encontrar referencias podemos ir tan lejos como al siglo XIX. En la Institución Libre de Enseñanza (ILE) de Francisco Giner de los Ríos ya se aplicaba esto de “aprender mientras haces”. También eran partidarios reconocidos psicólogos del s.XX, como John Dewey o Jean Piaget.
El aprendizaje por proyectos situa a los alumnos/as como protagonistas de su aprendizaje. A través de esta estrategia educativa, los alumnos/as deja de ser solo receptores de información, para pasar a afrontar nuevos retos y proyectos en primera persona.
A través del Aprendizaje por Proyectos aprenden a pensar por ellos/as mismos/as, se equivocan, rectifican y son conscientes de sus errores. Esto fomenta, a la vez, el espíritu crítico de los alumnos/as.
Normalmente, en el Aprendizaje por Proyectos se trabaja en la realización de un proyecto, normalmente en grupo, en el cual los alumnos/as tienen que dar solución a un problema real. Esto exige una buena dosis de razonamiento para buscar una respuesta, pensamiento crítico para escoger la mejor solución y capacidad de análisis, para dirimir finalmente si esta ha sido la idónea.
5 beneficios del aprendizaje por proyectos
1. Formación para el futuro. Cuando trabajamos por proyectos, educamos personas que crecen motivadas, porque lo hacen sobre planteamientos basados en la realidad. Para los alumnos/as son retos, con los cuales conectan directamente con el conocimiento. Estos tienen, además, la posibilidad de ensayar la resolución de problemas que como adultos seguro que tendrán que encara más adelante.
2. El poder del trabajo colaborativo. El Aprendizaje por Proyectos nos ofrece otro beneficio suficientemente importante: la capacidad de hacer cosas en equipo. La cooperación es una habilidad básica para trabajar, así que nunca es demasiado temprano para empezar. La resolución de problemas se suele hacer en conjunto y esto exige aplicar técnicas de trabajo en equipo, así como resolver los contratiempos, que puedan surgir con los diferentes miembros. La tarea del docente aquí es doble, pero cuando las cosas salen bien, todas las partes salen reforzadas.
3. Más autonomía. La adquisición de autonomía es una parte indivisible del Aprendizaje por Proyectos. Aunque los alumnos/as son guiados y dirigidos en todo momento por el docente, la fórmula de esta metodología apuesta firmemente por el trabajo autónomo. Y la autonomía se complementa con la atención, la capacidad de tomar decisiones y la responsabilidad.
4. La semilla del espíritu crítico. En las metodologías tradicionales, normalmente se utiliza un autor o fuente (los libros) como referencia. En cambio, en el aprendizaje por proyectos se permite al alumno/a buscar sus propias respuestas. Eso sí, habrá que guiarlos en este camino, haciendo las preguntas acertadas y ofreciéndoles las metodologías más adecuadas.
5. ¿Proyectos? ¡Como la vida misma! Aprender por proyectos exige a los alumnos/as y a los docentes utilizar herramientas y enfrentarse a las mismas dificultades que cualquiera encuentra en la vida real. Las experiencias, los problemas y las circunstancias tienen más verdad que los libros de texto. Entonces, el Aprendizaje por Proyectos es una manera de empezar a resolver y entrenar estas competencias básicas para el futuro.
Me a sido de gran ayuda las orientaciones
NO SE NGLES PERO ME GUSTARIA APRENDER EN ESTE METODO DE PROYECTOS